Es el problema de salud más frecuente en las personas que realizan viajes a otras partes del
mundo, que afecta hasta el 70 % de los viajeros que tienen como destino a países de alto riesgo
(África, Asia, Centro y Sudamérica), en los que las condiciones sanitarias, de potabilización del
agua y de preparación y conservación de los alimentos no es la adecuada. La mayoría de las
veces este cuadro caracterizado por deposiciones diarreicas con urgencia, náuseas (10% al 70%),
vómitos (5% al 10%) y dolor cólico abdominal (40% al 60%) con o sin fiebre es un problema
autolimitado, pero un 30-40% de los casos obliga a guardar cama uno o dos días modificando los
planes del viaje. Un 1% de los pacientes afectados debe ser ingresado en un hospital, y un 15%
mantiene episodios diarreicos después del viaje.
¿Cuáles son sus causas?
La contaminación del agua o los alimentos ingeridos por microorganismos o sus toxinas es la
causa más frecuente, y entre ellos destacan la escherichia coli, el vibrio cólera, la salmonella y el
virus de la hepatitis A.
Existen también causas no infecciosas de diarrea del viajero en relación con el cambio de dieta, el
Jet Lag, la altitud y el cansancio. Las toxinas de algunos pescados y moluscos no controlados, o
la contaminación por agentes químicos, generalmente debido a los utensilios donde se conserva
el agua o los alimentos pueden ser también responsables del cuadro diarreico.
Los antecedentes de visitas previas a lugares de riesgo elevado no ofrecen protección ni generan
“inmunidad” frente a futuras exposiciones.
¿Qué medidas de prevención deben aplicarse?
Si usted va a emprender un viaje considere las siguientes recomendaciones:
Medidas de Higiene: Es importante el lavado de manos con agua y jabón antes de ingerir
alimentos. La higiene de los utensilios de cocina (platos, vasos, cubiertos) debe ser cuidadosa.
Bebidas: Se aconseja tomar agua y bebidas embotelladas (incluyendo el agua para la higiene
bucal). No debe utilizarse hielo en las bebidas cuando exista falta de garantía del agua con que
fue elaborado. Para las infusiones se deberá hervir el agua.
Recreación en el agua: Es conveniente evitar los baños en ríos, lagos o piscinas de los que
no se tenga garantía de su calidad de aguas (correcta utilización de cloro).
Alimentos: Es aconsejable evitar los jugos de frutas frescas ya preparados. Es preferible tomar
piezas enteras de fruta que sean lavadas y peladas por el propio viajero o jugos embotellados.
No se aconseja ingerir comidas a base de alimentos crudos. Las verduras, la carne y el pescado
deben ingerirse cocinados y servidos muy calientes. Los picantes y condimentos fuertes no
habituales en la dieta del viajero suelen ser también causa de molestias abdominales.
Evite comer alimentos que contengan huevo crudo y el consumo de comidas, helados y bebidas
adquiridos a vendedores ambulantes no envasados de forma industrial.
No es conveniente consumir leche ni productos lácteos elaborados con leche cruda (sin
pasteurizar).
Medicación: La medicación con antiácidos potentes que disminuyen la producción de ácido
clorhídrico por parte del estómago es un factor de riesgo para la diarrea del viajero, debido a que
la “acidez” del jugo gástrico reduce las posibilidades de desarrollo de los gérmenes ingeridos
con los alimentos que son capaces de producir enfermedad, con la excepción de las algunas
bacterias llamadas shigelas.
Vacunación: Los viajes a determinadas zonas donde algunos gérmenes son endémicos
requieren de vacunaciones especiales antes del viaje como prevención.
Recuerde que estar informado y tomar las precauciones necesarias evitará disgustos en sus
vacaciones.