La lectura con nuestros hijos requiere de un momento adecuado de tranquilidad e intimidad. Leer estimula el aprendizaje, crea vínculos afectivos, desarrolla la imaginación y la comunicación, y como consecuencia, este acercamiento les da seguridad y los ayuda a perder temores.
Niños hasta 2 años:
Inicialmente los libros deben ser de texturas que puedan llevarse a la boca y tirarlos sin que se rompan. Deben tener colores brillantes, figuras grandes y simples. Basta con mencionar los objetos y los colores.
Niños entre 2 y 4 años:
Elegir libros con figuras en situaciones conocidas (niños jugando, en la escuela, con la familia). A esta edad los niños pueden nombrar figuras y piden la repetición una y otra vez del cuento. Este debe contener una historia breve que siga a las imágenes.
Niños entre 4 y 7 años:
Las imágenes pueden expresar sentimientos o acciones. Más personajes, más texto. Se interesan por fábulas, historias de humor. Los niños comienzan a intervenir, hacen comentarios, expresan sentimientos, relatan sus propias historias. Pueden interesarse con la narración de historias familiares.
Otra actividad en común y divertida para nuestros hijos es crear libros caseros. Recortar o dibujar y pintar figuras y pegarlas en cartón, luego armarlos.
Niños entre 7 y 10 años:
Se interesan por las historietas, personajes de fantasía (hadas, brujas), así como cuentos graciosos, realistas y de intriga. Podemos compartir momentos de lectura.
Niños entre 10 y 12 años:
Historias de aventuras, terror, policiales, así como con contenido sentimental y de amor. Interesarse sobre lo están leyendo.
Recordemos que la salud del niño debe ser integral, creando lazos afectivos fuertes y potenciando su desarrollo intelectual.
Dra. Claudia Guerrero
M.N. 55.636